"A veces, como arquero, hay cosas que se olvidan. Tienes suerte si tus paradas se vuelven a emitir y se recuerdan, se acuerdan más de ti por las cosas que salieron mal".
En ocasiones puede parecer que el trabajo de los porteros es ingrato, a tenor del legado que queda de ellos. Hay muchos cancerberos magníficos que han visto como innumerables intervenciones suyas que han resultado decisivas para la victoria de su equipo quedan eclipsadas para la eternidad por un solo lapsus de concentración. Un fallo de un segundo en miles y miles de minutos de juego a lo largo de una carrera.
Por eso Peter Shilton se siente afortunado de que a día de hoy se le recuerde como posiblemente el mejor guardameta de Inglaterra y el poseedor del récord de más partidos con la portería a cero en la Copa Mundial de la FIFA™. No en vano, formó parte de la selección nacional que más cerca estuvo de sumar una segunda corona a la conquistada por los Tres Leones en 1966. Y su conocida destreza bajo palos le permitió terminar casi el 60 por ciento de sus partidos en la gran fiesta del fútbol con su meta intacta.
El jugador
Shilton, en la actualidad embajador global de Seattle Sport Sciences, Inc. e ISOTechne, representó a su país durante casi 20 años. Su debut internacional se produjo en 1970, pocos meses después de que Inglaterra cediese en México el trofeo Jules Rimet. Los suyos, no obstante, no regresaron a la gran cita planetaria hasta 1982.
En la actualidad sigue siendo el inglés con más internacionalidades a sus espaldas, con un total de 125, lo que en su día también supuso una plusmarca mundial. Dijo adiós a los Tres Leones en el fallido duelo por el bronce de Italia 1990. Aun así, esa cuarta plaza sigue siendo el segundo mejor resultado de Inglaterra en el certamen.
Además, ese choque fue su 17º en la Copa Mundial, otro récord nacional, dado que también participó en España 1982 y México 1986. Su puesto en vísperas del que sería su primer Mundial no estaba del todo claro, ya que compartía responsabilidades con Ray Clemence. Sin embargo, finalmente el seleccionador, Ron Greenwood, se decidió por él y a partir de ahí se convirtió en titular indiscutible.
El récord
En los inicios de la Copa Mundial, mantener la portería a cero era una tarea complicada. Como muestra un botón: en las cinco últimas ediciones este hecho se ha producido de media el doble de veces que en las cinco primeras. Así, no sorprende que costara un tiempo considerable sumar una cifra significativa. Con todo, la leyenda brasileña Gilmar acumuló siete, la última contra Bulgaria en 1966, cosechando de paso dos Copas Mundiales.
Nada menos que 12 años tuvo que esperar para que alguien igualara su marca, y desde entonces este ha sido un récord muy popular y muy compartido. El holandés Jan Jongbloed se unió a Gilmar en Argentina 1978, pero la alegría solo le duró una semana, dado que el alemán Sepp Maier incrementó la plusmarca a ocho en su 0-0 con Italia. De nuevo, regocijo efímero, ya que a los cuatro días fue alcanzado por otro brasileño, Leão, tras el 0-0 de la Canarinha con Argentina.
Shilton subió a lo más alto del abarrotado podium en su segundo compromiso en Italia 1990, un 0-0 con Holanda. Y se desmarcó del resto cinco días más tarde, luego de la victoria por 1-0 contra Egipto. El inglés estuvo solo en la cumbre hasta Alemania 2006, cuando tuvo que hacer sitio a Fabien Barthez después de la victoriosa semifinal de Francia ante Portugal (0-1).
El recuerdo en la voz de Shilton
"Como parte de un equipo, en primer lugar quieres asegurarte de que el resultado sea bueno, yo solo era el que hacía todas las paradas. Mi primera línea de defensa era mi boca. Siempre intenté trabajar especialmente con mis cuatro defensas, diciéndoles 'gran entrada', 'buen remate de cabeza', e interactuando con ellos durante los 90 minutos, trabajando con ellos verbal y mentalmente. A veces, tras el partido pensaba que había jugado muy bien porque solo había tenido que hacer una parada".
"Fue extraño 1982 en el sentido de que disputamos cinco partidos y concedimos un gol. Volver a casa [al término de la segunda fase de grupos] después de esperar 12 años fue una sensación extraña. Teníamos la sensación de haber hecho nuestro trabajo, pero no alcanzamos las semifinales. El duelo con Alemania fue muy táctico, pero contra España recuerdo haber hecho un par de paradas y sentirme orgulloso porque eso nos iba a permitir quedarnos, pero no pudimos marcar los goles que necesitábamos".
"[En nuestro primer partido de 1986, contra Portugal] nada nos salió bien, no jugamos bien, despejaron uno de la línea misma y el gol fue realmente un error de Kenny [Sansom]. No fue el comienzo que esperábamos".
"Cambiamos las cosas contra Polonia y el resto es historia. Gary Lineker marcó una tripleta pero incluso en ese encuentro, me quedé uno contra uno en los primeros minutos y conseguí lanzarme y realicé una parada magnífica. Si nos hubiésemos puesto 1-0 en contra, ¿quién sabe? Siembre la he considerado como una de mis paradas más importantes en la Copa Mundial. Mucha gente ni la recuerda, pero yo personalmente recuerdo aquella parada nada más empezar por lo importante que fue para nuestra confianza".
"Teníamos que haber derrotado a Holanda [en 1990]. Aquel día jugamos bien y no recuerdo haber estado agobiado en ese partido. [Al superar el récord contra Egipto] no tuve mucho que hacer, pero como guardameta piensas: 'Un gol, un disparo, un error y puedes quedarte fuera de la Copa Mundial'. Es uno de esos encuentros en los que quieres que los tuyos marquen un par de goles y poder divertirte un poco. Pero cuando vas 0-0 y llegas a los últimos minutos, sabes que una escapada en solitario te puede mandar a casa. Esa es la presión que tienes sobre los hombros".
"Jugué ocho años a las órdenes de Bobby Robson y conseguir el récord de convocatorias fue algo de lo que me sentí muy orgulloso. Porque hicimos una gran Copa Mundial, llegando tan cerca de la final, y fue fantástico terminar por todo lo alto. Sentí que era el momento ideal para retirarme".
"[Barthez ] es digno de elogio por lograr algo así. Siempre es bonito ostentar un récord, pero hay que aplaudir si otra persona también lo alcanza".